A Carlos Moreno lo secuestraron en abril de 1977, mientras investigaba y ya había denunciado a Loma Negra por una enfermedad respiratoria que contraían los obreros del sector Embolsado, llamada silicosis. Moreno le había ganado a la empresa por lo menos tres demandas representando a algunos de los obreros que se ofrecieron incluso a hacerse una operación a “pecho abierto” para hacer los estudios que revelaron el problema. Los datos de la Dipba y la información que se recopiló en la investigación dan cuenta de que él no estaba vinculado con organizaciones políticas o gremiales, sino que era un abogado comprometido con los trabajadores. Las fichas de la Dipba lo encolumnan en el “peronismo pacifista”.
Los hijos de Moreno, Matías y Martín, asocian su muerte a los reclamos a Loma Negra. Hay, a esta altura, pruebas que fueron recogiendo en el juicio que avalan esa hipótesis. Por un lado, el fiscal federal Daniel Adler aportó los expedientes de los casos que Moreno llevó adelante y le ganó a la empresa. Por otro, están las fichas de la Dipba que lo desvinculan de una relación política. Y el jueves pasado, por ejemplo, declaró un testigo clave que apuntaló esa dirección. Ignacio Miguel Ruppel dijo que le ganó una demanda a una de las cementeras, y al día siguiente el mayor Roque Italo Pappalardo lo secuestró.
Esos son algunos elementos que hacen concluir que el homicidio se hizo por encargo del poder económico. Una de las escenas del día del asesinato de Moreno también agrega otro dato. Es el momento en el que el jefe de la Unidad Regional de Azul, el teniente coronel del Ejército Aníbal Verdura, le entrega el cuerpo a su familia. Para entonces, en Olavarría se había armado un revuelo porque los obreros de AOMA se levantaron para reclamar por el homicidio. El jefe, en ese contexto, le dijo a la familia que sólo les entregarían el cuerpo si lo enterraban fuera de Olavarría.
La ficha
- Carlos Moreno, “actividades de neto carácter subversivo”.
Los peritos encontraron dos fichas de Carlos Moreno en los archivos de la Dipba. La primera es del 11 de marzo de 1974. Ubicada en la Carpeta 37, con los registros de las agrupaciones políticas, bajo el legajo 271 de la Juventud Peronista Pacifista de Tandil, dice:
Apellido: Moreno
Nombres: Carlos
Nación: Argentina
Matrícula Nº: 4.987.004
Domicilio: Collinet Nº 2733
El informe firmado por el oficial inspector Luis Oscar Calcagno, jefe de la Delegación de la Sipba de Azul, expone que “el señor Carlos Moreno, de profesión abogado, Matrícula Nº 4.987.004, pertenecería a la Juventud Peronista Pacifista en la ciudad de Olavarría”. Más adelante, ya después del asesinato, aparece otro legajo. El nombre aparece en la sección “DS”, es decir personas caracterizadas como “subversivas” o “terroristas”. La ficha es del 20 de mayo de 1977 y recoge una denuncia que habían hecho sus allegados en Tandil. Hay una cita del entonces juez de la causa, Carlos Pagliere: en el punto tercero hace saber “la confirmación oficial del comunicado emitido por las autoridades del Primer Cuerpo del Ejército, en el que se involucra en forma inequívoca a Carlos Alberto Moreno como activo protagonista de actividades de neto carácter subversivo”.
Los hijos de Moreno, Matías y Martín, asocian su muerte a los reclamos a Loma Negra. Hay, a esta altura, pruebas que fueron recogiendo en el juicio que avalan esa hipótesis. Por un lado, el fiscal federal Daniel Adler aportó los expedientes de los casos que Moreno llevó adelante y le ganó a la empresa. Por otro, están las fichas de la Dipba que lo desvinculan de una relación política. Y el jueves pasado, por ejemplo, declaró un testigo clave que apuntaló esa dirección. Ignacio Miguel Ruppel dijo que le ganó una demanda a una de las cementeras, y al día siguiente el mayor Roque Italo Pappalardo lo secuestró.
Esos son algunos elementos que hacen concluir que el homicidio se hizo por encargo del poder económico. Una de las escenas del día del asesinato de Moreno también agrega otro dato. Es el momento en el que el jefe de la Unidad Regional de Azul, el teniente coronel del Ejército Aníbal Verdura, le entrega el cuerpo a su familia. Para entonces, en Olavarría se había armado un revuelo porque los obreros de AOMA se levantaron para reclamar por el homicidio. El jefe, en ese contexto, le dijo a la familia que sólo les entregarían el cuerpo si lo enterraban fuera de Olavarría.
La ficha
- Carlos Moreno, “actividades de neto carácter subversivo”.
Los peritos encontraron dos fichas de Carlos Moreno en los archivos de la Dipba. La primera es del 11 de marzo de 1974. Ubicada en la Carpeta 37, con los registros de las agrupaciones políticas, bajo el legajo 271 de la Juventud Peronista Pacifista de Tandil, dice:
Apellido: Moreno
Nombres: Carlos
Nación: Argentina
Matrícula Nº: 4.987.004
Domicilio: Collinet Nº 2733
El informe firmado por el oficial inspector Luis Oscar Calcagno, jefe de la Delegación de la Sipba de Azul, expone que “el señor Carlos Moreno, de profesión abogado, Matrícula Nº 4.987.004, pertenecería a la Juventud Peronista Pacifista en la ciudad de Olavarría”. Más adelante, ya después del asesinato, aparece otro legajo. El nombre aparece en la sección “DS”, es decir personas caracterizadas como “subversivas” o “terroristas”. La ficha es del 20 de mayo de 1977 y recoge una denuncia que habían hecho sus allegados en Tandil. Hay una cita del entonces juez de la causa, Carlos Pagliere: en el punto tercero hace saber “la confirmación oficial del comunicado emitido por las autoridades del Primer Cuerpo del Ejército, en el que se involucra en forma inequívoca a Carlos Alberto Moreno como activo protagonista de actividades de neto carácter subversivo”.
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